Dado el nivel de degradación de las laderas de la sierra, la metodología para la medición de la erosión hídrica y/o la sedimentación fue la de las parcelas con varillas o clavos de erosión, cuya ubicación, instalación y mediciones se efectuó en 22 microcuencas de 12 regiones de la sierra. El trabajo se llevó  a cabo durante los años 2010 y 2011, La información obtenida se analizó, procesó y finalmente se realizó un análisis de varianza mediante la prueba estadística F, tanto para cada microcuenca así como para el promedio general de las 22 microcuencas.

Las 22 microcuencas seleccionadas se encuentran ubicadas en la sierra alto andina, lugares donde viene trabajando actualmente el Programa Agro rural (Ex - Pronamachs) y que se pueden considerar como áreas representativas de las zonas sometidas a un franco proceso de degradación del suelo, debido a la erosión hídrica, característica predominante de toda la sierra peruana.

En cada microcuenca seleccionada se ubicó un área de una hectárea aproximadamente, donde se instalaron 3 parcelas de medición en el área tratada con zanjas de infiltración y otras 3 parcelas contiguas en el área testigo, es decir sin ningún tratamiento. Cada parcela era de forma rectangular cuyas dimensiones eran 1,20 m de ancho por 4.40 m de largo.

En cada parcela se instaló 48 varillas de erosión de 37.5 cm de largo y 1/2 de pulgada de diámetro cada una, con un espaciamiento entre ellas de 0.40m y que fueron enterradas en suelo desnudo hasta los 20 cm de largo de cada varilla. En cada área por microcuenca se emplearon 288 varillas de erosión y en todo el trabajo de investigación se utilizó en total 6,336 varillas. La instalación se efectuó  desde el mes de setiembre del año 2010, es decir antes del inicio de la temporada de lluvia; para lo cual a cada una de las varillas le fue pintada una marca, que era el punto de referencia hasta donde tenía que ser enterrada.

La lectura de la erosión o sedimentación ocurrida en cada varilla se efectuó una semana después aproximadamente del cese de la última lluvia, en el mes de abril del 2011. Las mediciones se realizaron colocando una wincha métrica al costado de cada varilla, expresándose las lecturas en milímetros. Cuando había erosión la lectura se expresaba con signo negativo (+), y si se trataba de sedimentación, se expresaba con signo positivo (-).

La cuantificación de la erosión o sedimentación se efectuó sumando todas las lecturas obtenidas para cada una de las 48 varillas de cada parcela, es decir las lecturas de erosión (+) eran sumadas algebraicamente con las lecturas de la sedimentación (-), arrojando finalmente el valor promedio de la suma total.

La textura de los suelos es variada, pero teniéndose que la mayoría de las áreas son de textura franca arcillosa y franco arenosa.- Por otro lado, la pendiente de los suelos de las parcelas fue relativamente alta,  variando entre 17 y 77%, teniendo el mayor número de ellas,  pendientes entre 20 y 40%. La densidad aparente de los suelos varió entre 1.25 y 1.60 gr/cm3; la profundidad del suelo varió entre 15 y 150 cm, predominando las profundidades menores de 40 cm. La precipitación promedio anual de las 22 microcuencas seleccionadas vario entre 200 y 1200 mm/ año, teniendo la mayoría de microcuencas una tasa inferior a los 750 mm/año. La altitud de la ubicación de las microcuencas vario entre los 2604 y 4240 msnm, estando ubicadas la mayor parte de las microcuencas donde se trabajo bajó, los 3200 msnm.

Los promedios de las tasa de erosión de las 22 microcuencas de las áreas tratadas con zanjas de infiltración y sin zanjas (testigo) son de 24.44 y 45.04 ton/ha-año respectivamente, mientras que las tasas de erosión expresadas en mm/año, fue de 1.73 y 3.20 respectivamente. En ambos casos el análisis de varianza indicó que existen diferencias altamente significativas entre el valor promedio de las erosiones de la áreas tratadas con zanjas de infiltración y el testigo, indicando esto que el efecto de las zanjas de infiltración como prácticas de conservación de suelos y aguas de lluvia en las laderas de la sierra, es sumamente efectiva reduciendo la erosión hídrica en  alrededor del 85% respecto a las áreas que no fueron tratadas con esta práctica conservacionista.