Era
el año 1976, en que
la Universidad Nacional Agraria
La Molina, venía atravesando
por un período de muchos
logros y conquistas en todos
los campos de su quehacer
Universitario, expresado en
lo académico, científico,
cultural, deportivo y otros,
poniendo a esta Institución
en un sitial de prestigio
en el ámbito nacional.
Lo anteriormente citado obedecía
al compromiso que siempre
ha tenido este Centro Superior
de Estudios con el país,
debiéndose ello a la
participación de todos
los estamentos para lograr
su desarrollo constante. En
este contexto, uno de los
aspectos que contribuían
a hacer posible lo anteriormente
anotado era tal vez la identificación
con la Institución,
así como con las respectivas
Facultades y que se reflejaba
en el deseo de sobresalir,
generándose una sana
competencia, y cuyo aspecto
visible se manifestaba en
las actividades culturales
y deportivas, donde se creaba
un ambiente festivo, especialmente
en la celebración del
Aniversario de cada una de
las facultades cuya duración
era de una semana, programada
con actividades artístico-culturales
y que eran muy esperadas por
toda la comunidad molinera;
así como los campeonatos
ínter- facultades,
que hacían posible
la participación de
todos los estudiantes de la
Universidad. De otro lado,
los estudiantes provenientes
de los diferentes departamentos
del país, organizados
en sus respectivos Centros
de Estudiantes, en coordinación
con el Departamento de Educación
Física y Deportes de
la UNA, organizaban igualmente
los tan ansiados campeonatos
de fútbol, siendo por
entonces una gran fiesta donde
la algarabía regional
era tan contagiante que parecía
que todo el Perú estaba
presente en este Claustro
Universitario. Estas actividades
referidas, constituían
tal vez una puerta de salida
a la fuerte exigencia académica
que se imponía en la
formación profesional,
traducida en los sistemas
de evaluación rigurosos
y que a la postre daría
como resultado contar con
egresados con un alto nivel
de preparación.
En
este panorama, llega a este
Claustro Universitario un
estudiante de nombre Redy
Tellez para seguir estudios
de Post Grado, trayendo consigo,
además de buscar una
sólida formación
complementaria, las experiencias
vividas en su Universidad
de origen (UNSA) en lo que
al arte se refiere, por haber
sido integrante de la Tuna
Universitaria y que felizmente
esas experiencias referidas
fueron acogidas por un grupo
de estudiantes de esa época,
encabezados por Víctor
Alarcón Puma.
Los acontecimientos iniciales
de formación se desarrollaron
en las residencias estudiantiles
que por entonces alojaban
a estudiantes provenientes
del interior del país,
entre los que se encontraban
tanto Redy como Víctor,
quienes al conocerse intercambiaron
opiniones del mundo artístico
de Tunas, que por entonces
era desconocido por Víctor,
más la emoción
de este conocimiento nuevo
así como las primeras
experiencias de escuchar las
canciones de Tuna entonadas
y acompañadas en el
piano del Coro por Redy y
no contándose por entonces
con agrupación alguna
que haya existido en esta
Universidad, se apoderó
en Víctor la necesidad
imperante de iniciar esta
aventura en el más
breve plazo posible, participando
esta inquietud a Javier Rivera
Daza para que conjuntamente
hagan realidad este sueño.
Para felicidad de estos jóvenes
aventureros, conocieron a
Teobaldo Torres Montesinos,
Tomás Contreras Gutiérrez
y Enrique Mejía cuyos
aportes fueron fundamentales
toda vez que el primero de
los nombrados, además
de tener algún material
de Tunas, conocía los
secretos de las castañuelas,
en tanto que Tomás
era un cantante de música
criolla que tocaba la guitarra,
y el tempranamente desaparecido
Enrique aportaba su entusiasmo
acompañado de sus maracas.
Al pequeño grupo antes
mencionado se sumarían
posteriormente, Gustavo Rodríguez,
José Chirinos Téllez,
Richard La Torre, Pedro Romero
La Puente (primera pandereta),
Carlos Burga Oyarce, con quienes
se iniciaron los ensayos y
primeras presentaciones al
interior de la Universidad
así como en las invitaciones
familiares, donde el entusiasmo
superaba con creces a la poca
técnica alcanzada.
Es de señalar que en
este período solo se
contaba con instrumentos conseguidos
por cada uno de los integrantes
y que consistían en
2 ó 3 guitarras una
mandolina con clavijero de
madera en la que aprendía
Víctor, castañuelas,
pandereta, maracas y algún
otro instrumento de percusión
que podía utilizarse.
Transcurrido el tiempo, en
el que salían y entraban
al grupo otros estudiantes
de ese entonces, se llega
al año 1977, en que
prácticamente ya toma
cuerpo esta agrupación,
en que además se cuenta
con el reconocimiento de la
Universidad en las personas
del Ing. Américo Valdez
M (Director de Proyección
Social) y el Dr. Miguel Reynel
Santillana (Jefe de Extensión
y Actividades Culturales);
quienes haciendo honor a su
gestión y tomando como
suya la inquietud de los estudiantes,
brindaron su máximo
apoyo y colaboración
para cristalizar en forma
afectiva la Formación
de la Tuna; la misma que ocurriría
en una Presentación
Oficial a realizarse en el
Auditorio de la Universidad
y en donde estarían
presentes las Autoridades
de este Centro Superior de
Estudios.
Alternando
con sus labores académicas,
estos estudiantes lograron
finalmente fijar como fecha
de presentación el
día 18 de octubre de
1977, debiendo en esta ocasión
estrenarse las capas que con
el apoyo de la Universidad
se hizo confeccionar según
criterio propio. Fue definido
igualmente el repertorio que
se presentaría, así
como los objetivos y finalidad
de esta Agrupación
naciente y que se traducía
en la Representación
artística de este género
de la UNALM y la difusión
del quehacer Universitario,
al difundir, tanto la música
tradicional española
de Tunas así como la
música de países
Latinoamericanos y el folklore
peruano tanto de Costa, Sierra
y Selva, dando cumplimiento
así al Lema de nuestra
Universidad, cual es el de
“Cultivar al Hombre
y al Campo”.
El día fijado para
este acontecimiento, se cumplió
con algunos contratiempos
por la tardanza en la llegada
de las capas, pero que superado
el incidente se logró
cumplir con lo planificado,
mereciendo el reconocimiento
de las Autoridades y público
en general, quedando fijada
así la fecha de Fundación
como el 18 de Octubre de 1977.
No quisiéramos termina
esta breve reseña,
sin antes mencionar a los
estudiantes que de alguna
manera aportaron con sus ideas
en los momentos en que estuvieron
acompañando al grupo
inicial, así como los
integrantes de la siguiente
generación, por haber
ellos consolidado a esta agrupación
estudiantil. En el primer
grupo se encuentran José
Palomares, César Bobadilla,
Luis Meza, Fermín Muñoz,
Guillermo Aguirre, Víctor
Vergara, Walter Documet, entre
otros; en tanto que en el
segundo grupo alternarían
Guido Egoávil, Juan
Salas, Gustavo Timaná,
Félix Gutiérrez,
Miguel Paz, Arnaldo Gonzáles,
Esteban Charaja, Carlos Taype,
Rolly Vega, Edgar Romero,
Erickson Ruiz, Elmer Vargas,
José Oliva, José
Alaín, Julio Bravo,
Ramón Estrada, Víctor
Solís, Néstor
Solís, César
Criado, Carlos Canicoba y
algunos otros estudiantes
que llegaron a nuestro local
acondicionado temporalmente,
cercano a la Biblioteca.
Victor Alarcón
Puma
"Chico
Víctor"
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