Es
costumbre también entre
los tunos, recorrer prestigiosas
fondas y restaurantes y tocar
para los comensales, o asimismo
tocar en algún lugar
transitado donde se aglomera
la gente para escuchar las
finas púas y regocijarse
con los pasos de pandereta.
Y bueno, dicen que los músicos
viven del aplauso del público;
pero como nosotros no somos
músicos, sino estudiantes
universitarios, pues pasamos
la pandereta entre los asistentes
que compiten para ver quien
pone más. |
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