Estimados señores Rector, Vicerrector, Decanos, Profesores, queridos familiares, amigos, y sobre a todo a los protagonistas del día de hoy, mis compañeros graduandos. Es un gran honor estar frente a ustedes para dirigirles unas palabras, en el que es el momento más esperado por todos nosotros desde que el día que ingresamos, nuestra graduación.
Felicitaciones a todos, lo logramos, pasamos por mucho pero lo logramos. Hay que estar orgullosos de nosotros mismos, porque no es nada fácil graduarse de la Universidad Nacional Agraria La Molina, lo cual, como ya sabemos, conlleva muchísimo esfuerzo y dedicación.
El camino hacia nuestra graduación fue tortuoso pero a la vez satisfactorio. Desde postulantes nos dimos cuenta que el ingreso era complicado, en la mayoría de los casos tardamos mínimo un año en entrar a esta casa de estudios. Pero, como ya lo sabemos, ingresar fue solo el comienzo, dentro de la universidad nos esperaban cosas muchísimo más difíciles. Recuerdo mi primera clase, no sé si fue por los nervios de primer día, pero salí del aula sin entender nada, me asusté y pensé: “¿en qué me he metido? ¿Qué hago aquí? No sé si pueda lograrlo”. Así como yo, cada uno de nosotros nos encontramos con trabajos, exámenes, temas que no entendíamos que incluyeron noches de desvelo, lágrimas, frustraciones; llegando a pensar que esto era inacabable y demasiado para nosotros. Sin embargo, no, nunca nos dimos por vencidos y logramos superar cualquier obstáculo que surgía y aquí estamos, en nuestra tan esperada graduación.
En este camino, también conocimos compañeros de distintas ciudades del Perú, con realidades totalmente diferentes a la nuestra, lo cual nos enseñó a ver la vida de otra manera, a ampliar nuestra visión de mundo, a ser empáticos. Hicimos amigos con los cuales compartimos momentos amenos, como repasar antes de un examen, gymkanas, feriales o simplemente pasar el rato sentados en los pastos, amigos que hasta el día de hoy son parte importante de nuestras vidas. Conocimos profesores, que fueron mucho más que eso, se convirtieron en nuestros amigos, consejeros, que no solo nos enseñaron la materia sino que su conocimiento nos inspiró y dejó una marca en nuestra vida.
Este camino no lo recorrimos solos, llegar aquí no hubiese sido posible sin el apoyo de nuestros padres, abuelos, familiares, de nuestros amigos, profesores, trabajadores de la universidad y compañeros, algunos de los cuales están presentes, otros que por motivos externos no pudieron asistir y otros que estuvieron al inicio pero tuvieron que partir a mitad del camino y que ahora nos están viendo desde arriba. A todos ellos, muchas gracias. Gracias por las palabras de aliento, por confiar en nosotros, por sostenernos en nuestras frustraciones, por darnos ese empujón necesario para seguir adelante. Este triunfo también es para ustedes. Y como no, agradecer a esta magnífica casa de estudios que nos albergó por tantos años, en una de las etapas más bonitas de nuestra vida. Muchas gracias Universidad Nacional Agraria La Molina, te llevaremos siempre en nuestro corazón
Compañeros graduandos, todas estas experiencias, tortuosas, amenas, de aprendizaje, nos formaron en lo que ahora somos, molineros. Personas que no desisten, que ante la adversidad, surgen. Personas, con ganas de cambiar el mundo, hacia uno donde prime el amor, la solidaridad y el respeto. Personas que saben discernir entre lo bueno y lo malo. Compañeros, llevemos este “espíritu molinero” a la siguiente etapa de nuestra vida, no perdamos esta esencia y dejaremos bien en alto nuestro nombre y el de la universidad.
¡Muchas gracias!