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(2021, julio 12). - “Es transcendental seguir revalorando las legumbres, ya que pueden ser cultivadas y producir en poco tiempo, en las tres regiones del país y en la costa en las diferentes estaciones del año. Así como en la sierra en áreas con riego otorgan a los consumidores beneficios integrales en su alimentación y salud y tienen una variedad de opciones para utilizarlas. También, es importante reconocer a los agricultores que con sus productos proveen al mercado de alimentos frescos, de buena calidad nutritiva y que está al alcance de la mayoría de la población con grandes ventajas”, detalla la especialista molinera, Mg.Sc. Amelia Wite Huaringa
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La profesora molinera, Amelia Huaringa es investigadora en el Programa de Leguminosas de Grano y Oleaginosas (PLGO) de la UNALM. Ella detalla que el Perú es un país con amplia biodiversidad, centro de origen del frijol, pallar, frijol ñuña y el tarwi; cultivos que son ancestrales y presentes en las áreas cultivadas. “A pesar de la gran diversidad que tenemos, la desnutrición crónica en niños menores de 5 años de edad es 19 % (INEI, 2019), siendo mayor en las zonas rurales, a pesar que en estos lugares las áreas cultivadas de legumbres representan el 59 %”.
Según la experta, las legumbres tienen un gran valor agronómico, pues son especies que en simbiosis con las bacterias nitrificantes fijan el nitrógeno atmosférico y contribuyen en la nutrición del cultivo y en el enriquecimiento de la fertilidad de los suelos. Además, desarrollan una agricultura con menor aporte de fertilizantes nitrogenados por las respuestas de las variedades cultivadas en monocultivo y en asociación en la sierra. “Las legumbres son cultivos amigables con el ambiente por el secuestro de carbono en diversos pisos altitudinales donde prosperan las legumbres. De igual manera, al incorporarse en los sistemas de producción como rotaciones, toleran la sequía y la alta temperatura y de allí su valor”, señaló la magíster Huaringa.
Por otro lado, es una de las alternativas para combatir la desnutrición, según detalla la experta molinera, el consumo de legumbres originarias como el frijol, el pallar y el tarwi y otras ampliamente adaptadas como el garbanzo y el frijol castilla, entre otras. Estas son fuente alimenticia vegetal con alto valor nutritivo, contenido proteico, ricos en fibra, carbohidratos complejos, que aportan energía, bajos en grasa y sin colesterol, con nutrientes como folatos, calcio, potasio, hierro, zinc, vitaminas B y antioxidantes. “Estos atributos ayudan a reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares y mejorar la salud digestiva. La versatilidad de sus cultivos, que en un 82% se realiza bajo una agricultura familiar, las legumbres contribuyen a los sistemas alimentarios sostenibles y a la seguridad alimentaria”.
Aportes e investigaciones de la UNALM
“El Programa de Leguminosas de grano y Oleaginosas (PLGO) de la UNALM viene realizando investigaciones con el frijol arbustivo y precoz, también con frijoles volubles de grano blancos, amarillos y rojos para siembra en la costa y la sierra, que son resistentes a la antracnosis, la roya y al virus del mosaico común”, destacó la especialista.
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Asimismo, informa que se realizan registros de las accesiones de frijol y tarwi que tiene el PLGO para incorporarlos al Sistema de Banco de Germoplasma que la Universidad Nacional Agraria ha instalado con el aporte de recursos del Ministerio de Educación, lo cual permitirá una conservación adecuada de los recursos genéticos de leguminosas de granos. Estas investigaciones se ejecutan con jóvenes que se gradúan como agrónomos tanto de la UNALM como de otras universidades regionales.
“Debemos fomentar el consumo per cápita de años pasados de las legumbres y prevenir los riesgos en la salud conocidos en la sociedad, teniendo hábitos de alimentación saludable”, finalizó la magíster Huaringa. |