La Dra. María Elena Villanueva señaló que las proteínas desacoplantes (UCPs) o termogeninas actúan como un mecanismo de regulación por el cual la energía es utilizada para generar calor o evitar la saturación de la cadena respiratoria. La especialista precisó que se han estudiado hasta el momento cinco tipos de proteínas desacopladoras las cuales son expresadas en diferentes partes del cuerpo: UCP1 en la grasa parda, UCP2 sobre el tejido muscular, músculo esquelético y tejidos del sistema inmunitario; UCP3 en el músculo esquelético y la UCP4 y UCP5 se encuentran en el sistema nervioso central.

Además, Villanueva explicó que el ejercicio físico genera un efecto sobre el desacoplamiento mitocondrial y los órganos periféricos (músculo esquelético, los tejidos adiposos y el intestino). Y el efecto sistémico de los desacopladoras mitocondriales en el contexto de la obesidad y la diabetes tipo 2, recae sobre los adipocitos blancos, los macrófagos, el músculo esquelético, hígado, cerebro y efecto sistémico.

Obesidad en el mundo

El PhD. Sixto Reyna Gallegos, egresado del Doctorado en Nutrición Pública, indicó que a nivel mundial un 13% de las personas son obesas y esto incrementa costos del sistema de salud, restan años de calidad de vida y aumentan el riesgo de manifestar «Enfermedades Cónicas No Adquiridas y la mortalidad (ECNT)». Para ello, el especialista mencionó que existen dos soluciones: modificación en el estilo de vida y el uso de fármacos para evitar la progresión de desórdenes metabólicos como el uso de agonistas de PPARs.

Asimismo, las isoformas de PPARs (alfa, beta y gamma) están presentes en humanos y animales, contribuyen a restaurar la homeostasis al activar la transcripción de genes implicados en el metabolismo energético, constituyéndose en un medio atractivo para el tratamiento de la obesidad y las ECNT. Finalmente, comentó sobre los bioactivos y sus efectos sobre los diferentes PPAR.