Según el último comunicado oficial de la Comisión Multisectorial encargada del Estudio Nacional del Fenómeno “El Niño” – ENFEN, entre los meses de enero y febrero, en la zona norte de nuestro país se prevé como escenario más probable la ocurrencia de lluvias dentro de rango normal a superior; sin descartar para el mes de marzo la ocurrencia de lluvias más intensas de los normal.
Ante este escenario, el especialista acotó: «Si el niño es moderado no vamos a tener mayores problemas o efectos negativos. El problema con el agua es que dependen de la ocurrencia del círculo hidrológico. Este niño débil va a beneficiar a la costa norte, para que llenen los embalses, haya mayor humedad en la zona desértica, y proliferación de la vegetación.»
También, el comunicado precisó que los caudales de los ríos de la costa se mantienen dentro de sus valores normales, pero con ligera tendencia positiva (van aumentando). Las reservas hídricas de los principales embalses de la costa norte y sur vienen operando en promedio al 46.7% y 31.2% respectivamente, que representan condiciones normales de almacenamiento a excepción de los embalses Chalhuanca (Apurímac) y Aricota (Tacna) que se encuentran por debajo de los normal.
El ingeniero Santayana mencionó que el comportamiento hidrológico en el sur es completamente seco. A diferencia de la costa (con cero precipitaciones); tiene un periodo de estiaje (lloviznas por tres meses), y debido a esas características, no se cuentan con grandes reservorios. Debido a esto, se realizan estudios y ejecución de obras para aprovechar el agua como recurso y abastecimiento, y para defenderse de los eventos extraordinarios.
«El problema es que cuando estamos bajo de la media, sufren los embalses y no se logra almacenar la cantidad de agua que se necesita. Si estos no se llenan, va a haber déficit para la agricultura en el periodo siguiente», acotó Santayana.
Con la finalidad que exista vegetación, a través de la ingeniería se hacen grandes proyectos hidráulicos para traer agua de zonas donde hay excedente o se puede acumular en los embalses, para llevarlos a estas áreas, soltarlas cuando no haya época de llovizna y regar para ayudar al sembrío.
Respecto a las prevenciones a tomarse en cuenta, el experto en gestión del agua de La Molina señaló la importancia de ocuparse de las defensas ribereñas y de la limpieza de los reservorios, para evitar desbordes, inundaciones, etc. Por otro lado, declaró que se tienen múltiples tesis en la UNALM con na relación a la evaluación y están en orden de investigar qué cambios van a ocurrir por el exceso de precipitación y caudales, así como sus efectos.
Actualmente, la UNALM sostienen un convenio con la Autoridad Nacional del Agua (ANA), el cual tiene como objetivo fortalecer la cultura del agua, brindar cursos de capacitación a los profesionales, gobiernos regionales y locales así como a empresas de saneamiento acerca de la gestión de los recursos hídricos.
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