«Existe un creciente interés de parte de los consumidores por el origen de sus alimentos, cómo se producen y qué insumos se utilizan en esta producción. Por ello, se ha retomado con mucha fuerza la agricultura orgánica. En esta categoría existen diferentes técnicas y manejos que buscan mejorar los rendimientos que existen, dentro de estos manejos se encuentra el mulching o acolchado que otorga múltiples beneficios dentro de la producción de cultivos, como la mejora de las propiedades fisicoquímicas y biológicas del suelo», sostuvo Silva.
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Al inicio de la exposición mencionó que los plaguicidas, al igual que otros productos, deben pasar por una serie de pruebas antes de venderse para comprobar su eficacia y seguridad: «Antes de solicitar un registro en el Servicio Nacional de Sanidad Agraria se debe demostrar la seguridad del producto».
Según el ponente, la seguridad absoluta en el caso de los plaguicidas no existe, por lo tanto, los problemas de salud en humanos, animales, plantas y medio ambientes son generados únicamente por el mal uso de los mismos.
La investigación presentada puso en evidencia que en las zonas de Chancay y Huaral usan los plaguicidas de manera poco responsable. A esto se atribuyó el analfabetismo, debido a que personas no son capaces de leer las indicaciones ni la sección de precauciones, al igual que la falta de interés por invertir en asesoría profesional, puesto que no se toma en cuenta, por ejemplo, la cantidad de veces que debe ser aplicado.
Diversos proyectos se presentaron, los mismos que fueron evaluados para una posterior evaluación y premiación. El evento culminó con la participación del rector de la UNALM, PhD. Enrique Flores Marizza, quien agradeció la participación de los investigadores. |