La primera charla estuvo a cargo de Jennifer Wong, quien expuso la experiencia de VEO-PUCP, Sala de Manufactura Digital 3D, la cual busca promover la innovación, creatividad e introducir las nuevas tecnologías de fabricación digital en sus distintas áreas de aplicación.
Wong explicó los diversos proyectos que han realizado en VEO-PUCP, entre ellos la prótesis de mano con impresión 3D. «Se escaneó la parte lesionada y en base a la imagen digital se pudo diseñar la mano totalmente personalizada de la persona», destacó.
APRENDIENDO HACIENDO
Las experiencias pasadas de las biohackathones comenzaron con la presentación de la molinera, Irina Ávila, directora y fundadora de Maker Lab, quien explicó los retos de estos eventos. «En Perú hay una brecha tecnológica. Debemos pasar de la economía rural a la industrial y de la industrial a la tecnológica. Los cambios y los avances científicos se suceden cada vez a mayor velocidad y cada cambio produce más aceleración», manifestó.
Asimismo, explicó la cultura maker, que presenta el principio «aprendiendo haciendo» en equipo. En ese marco, además de aprovechar el trabajo colaborativo, se intercambia conocimiento libre. Es así que las personas se reúnen en zonas independientes, en las que aparecen nuevas ideas.
«En la última versión de la biohackathon se invitó a un grupo de Villa El Salvador, el cual apreció el uso de la tecnología para ayudar a optimizar las actividades agrarias, ambientales, meteorológicas, de pesca, ente otros», sostuvo la fundadora de Maker Lab.
Jonatan Syan de Maker Hack de la Universidad Autónoma del Perú expuso su experiencia en la participación de proyectos de innovación. «En los encuentros del movimiento maker, participan personas de diferentes carreras. Un grupo de psicología puede hacer una herramienta para analizar la fobia o alumnos de derecho pueden construir un proceso para conocer sobre los candidatos de las elecciones. Nosotros creamos el Doctor Autónomo que analiza la talla y peso en las personas», indicó.
«Las hackathones son concursos fundamentales para emprendedores, pues ellos presentan sus propuestas de investigación. En Incubagraria les enseñamos a ser empresarios. La mayoría de los proyectos de los molineros tiene un gran impacto en lo social y ambiental», sostuvo Brenda Costas, gerente de la incubadora de empresas de la UNALM - Incubagraria.
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