PROMOCIÓN 2017-I
Buenos días señor Rector Enrique Flores Mariazza, señores Vicerrectores, Decanos, Profesores, compañeros, familiares y amigos, agradezco a todos por acompañarnos en esta mañana.
Hoy, 1 de diciembre, nos encontramos reunidos para compartir un momento tan esperado por todos nosotros, los egresados de la promoción 2017-I. Es esta fecha la que marca un hito en nuestras vidas al poner fin a una etapa llena de experiencias novedosas y de mucho conocimiento pero también es el momento de un nuevo comienzo.
Es difícil poder reunir todos los recuerdos y enseñanzas acumuladas en estos años en un solo discurso., y es que nuestro camino como estudiantes estuvo lleno de experiencias y emociones que solo como molineros llegamos a compartir, y que han ayudado a convertirnos en los profesionales que ahora somos.
Ser molinero es más que ser un estudiante de la Universidad Nacional Agraria La Molina. Ser molinero significa pertenecer a una gran familia, lo cual inicia el día en que encontramos nuestros nombres en un papel, sin saber en ese entonces todo lo que implicaría serlo. Ahora lo sabemos. Sabemos que ser molinero es bautizarte. Sabemos que ser molinero es amanecerte preparando el corso. Sabemos que ser molinero es competir en cada gymkhana. Sabemos que ser molinero es disfrutar de las fiestas en el ferial. Pero también sabemos que ser molinero es quemarte pestañas estudiando para cada parcial o final. Sabemos que ser molinero es amanecerte con tus compañeros terminando los proyectos finales, y en especial, los de laboratorio. Sabemos que ser molinero es estar en el campo, en donde tratamos de aplicar nuestros conocimientos obtenidos en las aulas. Sabemos que en donde estemos encontraremos a otro molinero, y no dudaremos en darle la mano si lo necesita.
La UNALM no solo busca formar los mejores profesionales en cada una de sus especialidades, sino que tambi én busca que seamos profesionales interdisciplinarios. Durante los diferentes cursos generales y electivos, hemos compartido puntos de vista e información entre las distintas carreras, lo cual ha enriquecido nuestro panorama y, en muchos casos, ha motivado a juntarnos para realizar proyectos más grandes. Por ello, considero que nuestra vivencia juntos se volverá a repetir a lo largo de nuestras profesiones.
Ahora comienza una nueva etapa en nuestras vidas. Ya no tendremos que correr de un aula cerca de la biblioteca hasta azules o m ás lejos aún, hasta el fondo del campus. Ya no estaremos sobre los pastos descansando esperando nuestra próxima clase, ni tampoco haciendo la cola del burro para ir a nuestras casas. Dejamos todas estas anécdotas atrás, con mucha nostalgia, para emprender un nuevo camino. Es momento de demostrar todos nuestros conocimientos, habilidades y valores adquiridos en estos años. Confiemos en ellos, reforcémoslos y hagámoslos valer para ser los mejores profesionales que podamos ser.
No quisiera terminar sin antes agradecer a todas aquellas personas que han estado a nuestro lado a lo largo de toda nuestra vida universitaria. En primer lugar a nuestras familias, sin importar que tan lejos se pod ían encontrar, siempre han estado apoyándonos y alentándonos incondicionalmente. Por eso, este logro se lo debemos especialmente a ustedes. También quiero agradecer a nuestros profesores, ya que en muchos casos no solo fueron unos excelentes docentes, sino que también nos guiaron con consejos de vida para nuestra vida personal y profesional. Gracias por su paciencia, dedicación y ganas de compartir su conocimiento. Invito a todos los graduandos a seguir su ejemplo, a no dejar que la educación descanse en lo que aprendimos: sigamos esparciendo nuestro aprendizaje. Quisiera también agradecer a todos los amigos que hicimos en estos años, a los que se fueron y los que se quedaron, ya que de alguna manera nos impulsaron a seguir en este camino. Si estamos aquí es gracias a todos ustedes, porque nos ayudaron, nos apoyaron y nos dieron años inolvidables.
Finalmente, quiero felicitarnos a nosotros mismos por este logro. Graduandos, llevemos el esp íritu molinero a donde vayamos y no nos olvidemos de seguir cultivando al hombre y al campo.
Muchas gracias.
Alejandra Stefanía Sibille Grández
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