El autor del libro “Cosecha de agua de lluvia” señala que, para abordar este tema, existe un principio elemental: trabajar desde la parte más alta de la cuenca hacia abajo. “Haciendo trabajo de conservación de suelos y agua, terrazas, zanjas de infiltración, siembra de árboles o mejoramiento de pastos, podremos retener agua y utilizarla en los meses de estiaje”, destacó el especialista en recursos hídricos.
Por otra parte, el profesor Vásquez resaltó que las zanjas de infiltración pueden ser construidas de manera mecanizada o manual, dependiendo del lugar y de la pendiente. “En donde se puede utilizar el tractor hay que hacerlo, porque se avanza más rápido y le facilita las cosas al campesino, pero en donde no se pueda introducir maquinaria, hay que priorizar el trabajo duro”, indicó el investigador.
Al realizar las acciones detalladas en el libro, los principales beneficiarios serán los habitantes de las partes altas y bajas de las zonas alto andinas, porque al haber más agua en la parte superior, se podrá distribuir de mejor manera hacia la zona baja. Todos los miembros de la cuenca se ven beneficiados. Se puede sembrar pasto, flores y hortalizas, por ello, la cosecha de agua de lluvia constituye la parte medular de un desarrollo rural integrado.
“Trabajando de manera correcta, se tendría verduras u otros alimentos en los meses de estiaje, ya sea para el consumo del mismo productor o para la venta. Ese es el enfoque social, económico y ambiental que se tiene que dar a este tipo de trabajos. Un reservorio pequeño para una familia es un milagro, porque les cambia la vida”, informó el doctor Vásquez.
Historias de éxito
El autor ha apoyado a campesinos que han logrado darle un giro a su calidad de vida. Recuerda que, donde antes había chacras y laderas totalmente degradadas a una altitud de 3 mil a 3 500 msnm, gracias a un trabajo de conservación de suelos y almacenamiento de agua con reservorios construidos con arcilla, se llegó a almacenar mil metros cúbicos de agua. Recientemente, ese reservorio está siendo ampliado, debido a su efecto positivo.
“En Cajamarca se están sembrando rosas en invernaderos, lo cual resulta un gran negocio, porque aparte del abastecimiento local, destinan rosas a Trujillo, Chiclayo y ojalá llegue pronto a Lima, porque hay potencial, lo único que hay que hacer es aprovecharlo, desarrollarlo y capacitar a las personas, es decir, en altitudes donde las heladas y la falta de agua hacen muy difícil el desarrollo de la agricultura, con estos pequeños y medianos reservorios y la instalación de invernaderos, junto con riego por aspersión, micro aspersión o goteo, se puede obtener productos de alta calidad y valor comercial.”, agregó el doctor Vásquez.
Enfoque social
El autor ha logrado rescatar y sistematizar las experiencias tanto de nuestras culturas ancestrales, los Incas, así como de profesionales que han desarrollado trabajos en esta materia y conjugado con su propio trabajo de décadas en las zonas alto andinas, sumado a su larga trayectoria como asesor en temas agrarios y consultor nacional e internacional en Ingeniería del agua, Manejo de Cuencas y Desarrollo Rural.
Cabe resaltar que el libro persigue un interés social y ambiental, debido a que se encuentra disponible de manera gratuita en formato digital y tiene como uno de sus objetivos que su ininterrumpida implementación sea considerada como política de Estado.
|