Jorge Murakami inició las exposiciones abordando la importancia del Plan Nacional de Desarrollo Apícola, que busca incrementar la producción, productividad y rentabilidad de la actividad apícola nacional; fortalecer las capacidades en el manejo productivo; promover e implementar la investigación en tecnología apícola, así como fortalecer la sanidad e inocuidad en su producción; fomentar las buenas prácticas, entre otras políticas que todo molinero debe conocer para poder adentrase en este sector. Su vigencia es del 2015 al 2025.
Murakami también se refirió al proyecto que el COPEAPI realiza junto a investigadores de la Universidad Peruana Cayetano Heredia (UPCH), y que hace uso de los beneficios de la Apitoxina, veneno secretado por las obreras de varias especies de abejas, empleado como medio de defensa contra predadores y en combate.
La Apitoxina para combatir retrovirus.
El investigador de la UPCH, Giovanni López, mencionó que la Apitoxina cuenta con propiedades benéficas, pues evidencias científicas han demostrado que esta sustancia puede eliminar algunos retrovirus o minimizar efectos inflamatorios por enfermedades invasivas. Sin embargo, indicó que “se deben usar varios filtros con el fin de purificar la sustancia, ya que son procesos ligados a la salud humana, donde toda manipulación de la Apitoxina debe ser segura y eficaz, haciendo uso de plataformas de pureza química”.
Se informó que la Universidad Nacional Autónoma de México publicó una investigación en la que se usó esta toxina contra el VIH, con resultados exitosos, pero no demostrado oficialmente; por lo tanto, para el investigador López, es necesario tomar como ejemplo tales iniciativas, para fomentar la participación de los molineros en estos proyectos e involucrarse en el sector, tomando en cuenta que existen gestores que pueden otorgar financiamientos.
Deficiencias en el Perú
Durante su exposición, Adolfo Pérez, vicepresidente de FILAPI, hizo alusión a la necesidad de identificar a los verdaderos apicultores y no confundirlos con aquellos que solo se dedican a extraer la miel, quiénes no se preocupan por una Apicultura sostenible. Para ello, se debe tener en cuenta la calidad de verdaderos productores que aseguren la vida de las abejas y que estén preparados con sus competencias certificadas.
El Magíster Pérez afirmó que “en el Perú la Apicultura depende de la cultura de los que participan y se debe trabajar en eso, manejando la calidad de la colmena, tener una capacitación especializada y seguir los lineamientos que se contemplan en el Plan Nacional de Desarrollo Apícola que son beneficiosos por 10 años”, terminó.
Finalmente, Elizabeth León, ofreció apoyo en los proyectos que realiza el COPEAPI para que la Apicultura sea sostenible en el Perú.
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