Antecedentes
La tendencia mundial es cambiar a sistemas de riego con mayor eficiencia como es el goteo, y no solo porque se optimaría el uso del agua, sino porque además disminuiría las emisiones de metano atmosférico, gas que se genera en sistemas de riego inundado y causante del calentamiento global. En países como Rusia, Japón y España ya se aplica por ser considerado el de mayor eficiencia.
En la UNALM, el Programa de Cereales y Granos Andinos ha probado diferentes tecnologías para reducir el consumo de agua en cultivos de arroz, así también lo ha hecho el Área Experimental y Área Demostrativa de Riego (ADyAER) de la UNALM. Por otro lado, el Laboratorio de Geomática trabaja con equipos de sensores remotos, como cámaras termográficas, a nivel de imágenes infrarrojas para caracterizar el estrés hídrico en la planta.
Aporte del proyecto
El proyecto busca el ahorro del agua y la definición del momento idóneo de riego para garantizar una mayor producción de arroz, esto a través de un sistema de soporte a la (SSD) basado en el índice de estrés hídrico, estimado a partir del procesamiento de imágenes térmicas obtenidas por sensores remotos. El impacto del proyecto se puede resumir en tres aspectos: a) cambio de tecnología, es decir, pasar de un sistema de riego por gravedad e inundación a un sistema de riego por goteo que supone menor uso de agua y productividad de cultivo; b) impacto positivo en el medioambiente, porque se eliminarán vectores e insectos, causantes de enfermedades hídricas, “los vamos a eliminar a 0”; c) eliminación de gases de efecto invernadero -actores del aumento de temperatura- a través del desuso de pozas inundadas.
Zonas de desarrollo y beneficiarios
El proyecto se desarrollará principalmente en la zona norte del país, Chiclayo-Lambayeque para ser precisos y en el proceso participarán los agricultores locales, quienes se verán beneficiados con el nuevo sistema de riego que propone la doctora Ramos se prevé una reducción de hasta el 50% en el uso de agua para riego. “En la actualidad, dependiendo de los valles, se utilizan de 15 mil a 20 mil metros cúbicos por hectárea. Nuestro objetivo es disminuir esa cantidad a 8 mil metros cúbicos por hectárea”. El agua restante podrá ser usada para expandir las tierras de cultivo, lo que aumentaría la productividad y por ende los ingresos económicos.
“Los sembradores podrán invertir en el alquiler de drones con cámaras termográficas, para que sobrevuelen sus sembríos, de ellos se obtendrá información para ser decodificada a través de nuestro modelo, ya para entonces parametrizado y validado; de esa manera sabrán en qué zonas de su parcela está faltando riego”, afirmó la destacada molinera.
El dato
El proyecto tiene una duración de 30 meses. El primer año se harán pruebas a nivel experimental, en el segundo se hará la parametrización y la validación del modelo en campo y con los agricultores, finalmente en el tercer año se efectuarán las simulaciones agrometeorológicas en diferentes escenarios derivados de variaciones del clima para proyectar las posibles respuestas del cultivo; y ante ello, implementar calendarios de riego más óptimos.
Además, se importarán variedades de genotipos de uno de los principales centros de investigación a nivel mundial en cultivo de arroz, el International Rice Research Institute (IRRI), ubicado en Filipinas, para hacer pruebas bajo rigor científico; y las que mejor respondan al estrés hídrico serán seleccionadas y dadas a prueba. |