En ese sentido, el docente de la Facultad de Economía y Planificación de la UNALM, Dr. Carlos Orihuela, hizo hincapié que, en las nuevas investigaciones, se determine la incidencia de la reducción o aumento de la biodiversidad en la economía. Así, una investigación con indicadores biofísicos, genera tanto beneficios como un interés continuo por valorar los recursos naturales.
“Si queremos saber cuán importante es la biodiversidad desde la perspectiva económica, tenemos que saber qué pasa si hay un pequeño cambio en la biodiversidad. Esto no se está calculando en nuestro país y, por lo tanto, desconocemos el impacto”, dijo el especialista.
Agregó que los resultados de una investigación fundada en indicadores biofísicos tienen que traducirse en una medida monetaria. Las autoridades, entonces, podrán establecer medidas concretas y justificadas para la protección de la biodiversidad.
En efecto, el no conocer el valor que posee nuestra diversidad, sumada a la creencia de que su protección suponía un gasto sin ningún beneficio ‘palpable’ e inmediato, representó un problema que enfrentó durante años el Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas (SERNANP).
“De nuestro presupuesto (S/. 70 millones), alrededor del 40% lo utilizamos para el servicio de guardaparque. Desde esa lógica, somos vistos como un gasto, porque nuestro mayor esfuerzo es el de control y vigilancia. Pero en los últimos años han comenzado a valorar las áreas protegidas porque nos ofrecen los alimentos, agua y otros servicios ecosistémicos”, expresó el responsable de la Unidad Operativa Funcional Gestión Participativa del SERNANP, Marco Arenas.
Añadió que hoy los trabajos del SERNANP no se centran solo en proteger las áreas protegidas y la biodiversidad. “Algunos lugares, dijo, sí tienen que ser estrictamente protegidos, pero a lo que debemos apuntar es a la utilización inteligente (sostenible) de los recursos que nos proveen las áreas protegidas”. A este tipo de manejo se le llama conservación y tiene un beneficio directo en la sociedad.
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