Para el decano de Industrias Alimentarias, Luis Fernando Vargas, todavía persiste el distanciamiento entre estas tres entidades. “Perseguimos diferentes objetivos: la empresa tiene objetivos de ganancia y la academia persigue fines formativos, pero justamente quien debería tener un rol fundamental es el Estado, pues debería ser la bisagra entre la academia y la empresa, porque ambos se necesitan mutuamente.
Vargas resaltó la labor de la Facultad de Industrias Alimentarias como una de las pioneras en el país. Mencionó también las capacidades y estudios de los docentes y las investigaciones referentes a los empaques que permiten extender tiempo de vida de los alimentos.
A su juicio, se debería desarrollar más los trabajos en tecnología de poscosecha, para garantizar el estado de conservación de los productos. “Hay quienes entienden que en la poscosecha termina la agronomía y es la etapa en la que empieza la agroindustria. Pero en este proceso se necesita de las dos especialidades, porque es un híbrido. Se requiere conocer de la parte de conservación después de haber sido recolectado y de conservación de la cadena de frio para garantizar la calidad del producto”.
Por tal motivo, durante su gestión revaluará la propuesta de abrir un diplomado en tecnología poscosecha, con el fin de promover el conocimiento innovador y aumentar las competencias de los molineros. Del trabajo de ellos –agregó- se obtendrán mejorías en la seguridad alimentaria a favor del país.
Finalmente manifestó que las empresas resaltan las habilidades de los alumnos de la UNALM “porque tienen mucho entusiasmo, menos problemas de tipo social, la actitud y sus valores”, finalizó.
Por otra parte, el profesor de la
Facultad de Ciencias Forestales, Mg. Sc. Leonidas Miguel Castro, comentó que
nuestro país percibe ingresos de cuatro principales áreas, dentro de las que se destaca la
industria forestal. Sin embrago, su relevancia se ve opacada frente a las
carentes políticas de Estado carentes o en su defecto, ineficientes. Nuestro país, rico en bosques naturales y tropicales,
ve limitada su actividad maderera por la falta de conocimientos sobre la
gestación de hectáreas destinadas única y exclusivamente a la plantación.
Ante esta problemática, que no solo
nos afecta en términos económicos sino que también en términos ambientales, por
la tala ilegal de áreas naturales protegidas, nuestra institución, Universidad
Nacional Agraria La Molina ha incluido en su currícula estudiantil el curso de
´Plantaciones Forestales´, con el objetivo que estos se formen con una visión
más empresarial. Así también, el profesor Castro afirmó que se hay interés por
continuar elevando la calidad de los estudiantes con la implementación de
cursos de mejoramiento genético.
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