El especialista explicó que para llevarse a cabo la resiliencia en la agricultura es
imprescindible predecir los cambios, tanto en sanidad como en el funcionamiento
de las plantas, y así poder corregirlos oportunamente. “La actividad agrícola
exitosa depende en gran parte del medio ambiente en el cual se desarrolla, por
ello la tecnología apunta a evaluar la actividad metabólica de las plantas así
como los patrones climáticos, determinando su real efecto”, manifestó
Ulises Osorio señaló al “Modelo
integrado de predicción climática como herramienta imprescindible”, destacando que
es necesario el análisis descriptivo y comparativo; una data tomada en campo,
tanto en zonas agrícolas a través de estaciones totales que son analizadas en
mar y otros lugares. También un análisis de la dinámica poblacional de plagas y
enfermedades, que consiste en el monitoreo permanente de áreas definidas a
través del uso de trampas y la información de campo. Asimismo un estudio de
bioindicadores climáticos zonales (aves, peces, insectos, batracios,
crustáceos, moluscos, árboles, entre otros) y por último el uso de indicadores astronómicos.
MENOR EFICACIA DE PLAGUICIDAS
“La vida útil de los plaguicidas
disminuirá por fotolisis (ruptura de enlaces químicos por causa de energía
radiante), con un aumento de evaporación
del producto, puesto que las gotas pequeñas no llegarán al destino (hojas o
frutos)”, informó el especialista del Departamento Académico de Fitotecnia de
la UNALM, Ulises Osorio.
EXCESO DE TEMPERATURA Y RADIACIÓN
“Este evento traerá un acortamiento de fases fenológicas por termoperiodo y estrés térmico, también un déficit de translocación para las raíces debido a la fotorespiración y cambios hormonales”, informó el ingeniero Osorio, quién agregó que el estrés ambiental e hídrico es producto del incremento de las temperaturas y afectará más a suelos desprotegidos o bajos en material orgánico. |