DISCURSO DEL PRIMER PUESTO DE LA PROMOCIÓN 2010-II
JUAN ANTONIO DELPERO BARRIOS

Señor Rector, señor vicerrector, señores decanos, señores profesores, queridos familiares y amigos, compañeros graduandos, tengan muy buenos días.

Para empezar con mi discurso, les aconsejo a todos los graduandos y a nuestros familiares, aprovechar cada segundo de esta graduación porque el tiempo pasa, y luego veremos nuestras fotos puestas en un marco en nuestra sala y lo recordaremos con mucho cariño, deseando poder retroceder el tiempo y repetir innumerables veces este momento, así que hoy es el momento de hacerlo!

Es bien sabido que la vida tiene una serie de pasos, personalmente me gusta compararla a una gran escalera dividida en una serie de tramos, los cuales debemos subir con gran esfuerzo y luego al final de cada tramo tenemos un balcón para descansar (por lo general equivocadamente no hacemos uso de este balcón), el cual a la vez nos va a servir para poder voltear hacia atrás y analizar cómo ha sido nuestra subida, para posteriormente planear el siguiente tramo y así sucesivamente. Mientras más peldaños haya, el reto será mayor, siendo nosotros los encargados de decidir cuántos tramos queremos para nuestra propia escalera, lógicamente a mayor número de tramos, mayor será nuestra ambición personal y profesional. El día de hoy estamos en ese gran balcón, aunque mas con forma de tribuna y ambientado para celebrar nuestra graduación, viendo que han pasado ya más de 20 años en promedio de nuestras vidas, periodo en el que hemos: estudiado en un nido, luego primaria y secundaria en el colegio y finalmente nuestra carrera profesional, esperando tantos años de nuestras vidas para vernos en esta ceremonia, siendo reconocidos como profesionales y felicitados por las autoridades de la universidad y por nuestra familia, y ahora que estamos acá, muchos de nosotros todavía no lo creemos ni lo terminamos de asimilar. Pero lo importante es que aquí estamos!

Para hacer hincapié de la importancia de situarnos en el “balcón” y ver atrás, les comento una anécdota que es real y que me marcó mucho:  hace años, un padre le regala a su hijo una noche pagada en un hotel 5 estrellas y le dice “utiliza esta noche para que te sientas cómodo con todas las instalaciones de lujo del hotel y puedas pensar en lo quieres hacer con tu vida de ahora en adelante”, después de muchos años, y hasta el día de hoy, este hijo siendo ya un hombre profesional, cada año se regala así mismo  1 noche pagada en un hotel 5 estrellas para planear como va a ser su próximo año.

Personalmente tengo una gran alegría de estar hoy con ustedes dando el discurso de graduación, les cuento que me siento doblemente molinero porque agronomía es la segunda carrera que termino en esta universidad, siendo zootecnia la primera. El gusto por la agronomía lo tuve desde chico, y más aun luego de terminar la carrera de zootecnia y estudiar una Especialización en esta misma universidad sobre Gestión Agrícola Empresarial, y de trabajar casi 01 año como asistente de la Especialización en Gestión Agrícola Empresarial junto con el Ing. Ángel Moreno y la Srta. Gladys Swayne, siempre los recuerdo porque fueron mis primeros jefes y sobre todo a la Srta. Gladys Swayne porque fue ella quien me empujaba para que terminase rápido mi tesis de zootecnia porque decía que “de ahí se ponen a trabajar, se casan y se olvidan de su tesis”. Luego de trabajar en la Universidad Agraria empecé a trabajar dentro del rubro de la formulación de proyectos, bajo el enfoque público (SNIP) y privado, teniendo la suerte de poder trabajar en  algunas partes de la costa y sobre todo en la sierra, siendo ahí donde también empiezo a entrar de a pocos en temas agrícolas, y es así que en el año 2008, haciendo una convalidación de cursos, soy nuevamente alumno de la Universidad Agraria y empiezo a estudiar la carrera de agronomía.

Les comento que fueron 2 personas las que me motivaron a estudiar agronomía. La primera persona es mi abuelo, José Barrios De La Borda, agrónomo y también molinera, de la promoción “Julio Gaudron del año 1945” y ex docente del curso de mecanización agrícola entre los años 1954 y 1956, siempre lo he escuchado hablar de aquellos tiempos de aventura y trabajo en las haciendas de Nazca, también de los momentos vividos en la Escuela Nacional de Agricultura, junto con su gran amigo el Dr. Orlando Olcese, y de la experiencia de hacer una maestría en mecanización agrícola en Texas. He coordinado previamente con los organizadores de la ceremonia y con mi abuelo para que pueda ser él quien me dé el diploma y la medalla de honor, ya que fue él, quien desde que tengo uso de razón, me hablaba de la agronomía. La segunda persona que influyó en mi decisión es un gran amigo, el Ing. Pablo Aramburú Yrigoyen, quien también me acompaña el día de hoy, y al que lo conozco desde que empiezo a trabajar en formulación de proyectos. Siempre recuerdo sus frases: “no te dejes ganar, consíguelo por las buenas o por cansancio” y “pisa tierra y mira las estrellas”. Pablo luego de desempeñarse como asesor de diferentes viceministros y ministros de agricultura, director del INIA y director de la Dirección Regional de Agricultura de Ica, conociendo claramente la realidad del sector agropecuario en el Perú, es que empezamos a trabajar una serie de proyectos y esta gran experiencia me ayudó mucho a desarrollarme tanto personal como profesionalmente, logrando experiencias que antes hubiese pensado como imposibles de alcanzar, como por ejemplo haberle expuesto un anteproyecto a la Sra. Pilar Nores de García, y en diferentes momentos a altos funcionarios; pero en todo momento siempre recuerden que hay que “pisar tierra y mirar las estrellas”.

Cambiando de tema, me gustaría poder compartir con ustedes una metáfora acerca del uso que le damos a nuestro tiempo: “Imaginemos que tenemos la suerte que cada día nos depositan $ 86,400 en un cuenta bancaria personal, y cada noche se borra el saldo que no usaron durante el día, que harían?, pues obviamente aprovechar hasta el último centavo por supuesto!, les cuento que cada uno de nosotros tiene ese banco!!, y ese banco se llama TIEMPO, cada mañana este banco nos acredita 86,400 segundos, y cada noche este banco borra y da como perdido cualquier cantidad de ese crédito que no hayamos invertido, este banco no arrastra saldos ni permite sobregiros, cada día nos abre una nueva cuenta, y cada noche elimina los saldos del día, si no usamos nuestros depósitos del día, la pérdida es nuestra. Para apreciar el valor de 01 año pregúntale a un estudiante que perdió un año de estudios, para apreciar el valor de 1 minuto pregúntale a las personas que perdieron el tren, para apreciar el valor de 1 segundo pregúntale a las personas que por poco evitaron un accidente, para apreciar el valor de una milésima de segundo pregúntale a las personas que ganaron una medalla en las carreras en una olimpiada”. Señores, espero que esto nos sirva a todos los aquí presentes, tengamos la edad que tengamos, agradezcamos a Dios por esos 86,400 segundos de nuestra cuenta personal, recuerden que el tiempo no espera a nadie, inviertan de tal manera que puedan conseguir lo mejor en salud, felicidad y éxito, aprovechen al máximo cada día.

Mi éxito se lo debo a mi familia, tengo la suerte de tener una familia muy completa y unida. Resalto a mi madre y a mi abuelita; a mi madre por la dedicación de todos estos años de estudiante, siento que ella también es zootecnista y que esta parada a mi costado graduándose también como agrónoma; y a mi abuelita por su dedicación en todo momento y por ser la primera en poner el orden y las reglas en la casa, pero también por ser la primera en incumplirlas.

Finalmente, más que desearles suerte, les deseo éxitos, porque la suerte depende del azar, en cambio el éxito depende únicamente de nosotros mismos. EXITOS!!!

MUCHAS GRACIAS

POR: JUAN ANTONIO DELPERO BARRIOS