Enfatizando su calidad cabal como profesional, su fructífera producción bibliográfica y las numerosas premiaciones recibidas, el Dr. Hidalgo afirmó que el Dr. Flores Mere, distinguido profesor emérito, ex- Rector del a UNALM, “es un formador de incontables profesionales molineros, defensor de la autonomía universitaria y de nuestra Casa de Estudios ,posee motivos y méritos suficientes para estar recibiendo hoy el grado de Doctor Honoris Causa”.

Dando su venia, el Rector Dr. Abel Mejía frente al Doctorando y a la Mesa de Honor procedió a imponerle la medalla y la beca respectivas, de la misma manera le entregó el diploma correspondiente y el recordatorio en el cual de manera simbólica va impresa la historia, cultura y saber de la UNALM.

A continuación, el Dr. Flores Mere visiblemente emocionado, dio lectura a su discurso en el cual agradeció a su Universidad. “Tuve la enorme sorpresa de conocer que mi Alma Mater me otorgaba la máxima distinción y en la Resolución que presenta mi trayectoria en la Universidad termina mencionándome como Defensor de la Autonomía Universitaria, sobre pasa toda mi imaginación y gratitud… lo que hoy se me otorga es un galardón que jamás pensé y que todos los docentes debemos aspirar”.  También expresó su gratitud a su familia y a su esposa Eileen Genoveva Escudero Solís que “siempre me alentó a acciones nobles y de servir con cariño y retribuir a mi Alma Mater que me ha formado y apoyado mis estudios de post grado que me ha permitido servir a la juventud, colegas docentes y al país”.

La ceremonia finalizó con el saludo de todos los presentes al novel Doctor Honoris Causa, previamente el Dr. Abel Mejía Marcacuzco, afirmó en su discurso que esta merecida distinción “nos llena de justificado orgullo y reviste un significado particular al traer a la memoria el importante magisterio de una presencia, con alrededor de medio siglo de indisoluble vinculación como aportador y constructor institucional para el avance de esta casa de estudios”. Nuestra máxima autoridad finalizó diciendo que con el acto se deseaba dar fe a “nuestro afecto y nuestra viva gratitud a un colega mayor y singular, maestro universitario, meritorio intelectual y hombre bueno, sobre todo amigo respetado y querido que, a lo largo de su vida, hizo de la docencia el resorte principal de su fecundo trajinar”.