La entrega de la donación fue realizada a la Biblioteca del Departamento Académico de Fitopatología por dos de sus hijos: Rosita Icochea de Simmons y Robert Icochea, quienes entregaron los libros de la biblioteca personal de su madre, así como documentos de estudios, investigaciones, incluso gráficos e ilustraciones de sus propios trabajos traídos del exterior.
Durante la entrega, no faltaron las remembranzas, como la hecha por Rosita Icohea, su hija: "Ella obtuvo muchos conocimientos de sus viajes experiencias internacionales. Estoy orgullosa de ser su hija. Hay personas indispensables, que no deberían irse; una de ellas es mi madre. Mi mamá ha tenido mucha ética y moral para tomar decisiones. Con la edad que tenía todavía podía dar mucho por nuestro país y por el mundo."
TERESA AMES
Teresa Ames fue una de las principales gestoras de la Asociación Peruana de Fitopatología y su primera presidenta. Inició su carrera docente en el departamento de Fitopatología de la entonces Escuela Nacional de Agricultura (ENA), hoy Universidad Nacional Agraria La Molina, el año 1956, inmediatamente después de haber egresado de las aulas universitarias.
Luego de permanecer por un año en Inglaterra, como discípula del renombrado profesor botánico y fitopatólogo Dr. R.K.S. Word, regresa al Perú en 1962. Más adelante, tras su retorno de los Estados Unidos, en 1966, reinicia un período de fecunda labor académica y científica ofreciendo por primera vez en la historia de la Universidad Agraria La Molina el curso de Micología.
“Sus apreciables dotes de maestra universitaria, dinamismo y entrega personal resultaron en una gran capacidad de convocatoria académica, pues la sección de postgrado de Fitopatología empezó a ser muy concurrida por graduados procedentes de todas las canteras universitarias del Perú y también de América latina. Así los primeros fitopatólogos de carrera egresados de La Molina, durante las décadas de los setenta y ochenta, lograron que la investigación fitopatológica en el Perú alcanzara un nivel muy apreciado en la comunidad científica internacional”, manifiesta en una sentida semblanza, Martín Augusto Delgado Junchaya, ex alumno y amigo de la desaparecida profesora.
En 1981, nuestra maestra incursionó en la consultoría internacional, permaneciendo en Sri Lanka durante los años 1981,82 y 83, haciéndolo posteriormente en Bolivia y Argentina pero ya por menos tiempo. El Centro Internacional de la Papa la acogió como científica asociada durante la década de los 90 hasta su retiro de las actividades académicas y científicas. |