Durante la investigación se efectuaron 33 evaluaciones cada siete días. Para el muestreo fueron consideradas cuatro etapas del cultivo: desde el trasplante hasta los 30 días después del trasplante (DDT), de 31 a 60 DDT, de 61 a 110 DDT y después de 110 DDT hasta el final de la cosecha.
Entre las especies evaluadas, se encuentran el gusano Agrotis ípsilon (Hufnagel), la larva Elasmopalpus lignosellus (Zeller), el insecto Thrips tabaci (Lindeman), la mosca blanca mosca blanca Bemisia tabaci (Gennadius), comedores de hojas y cogollos como Copitarsia corruda (Pogue & Simmons), Spodoptera spp., Heliothis virescens (Fabricius) y Pseudoplusia includens (Walker). Los enemigos naturales de estos fitófagos, tales como los predatores, se observaron en la planta completa durante toda la campaña. Para la recuperación de los parasitoides se colectaron larvas de lepidópteros y de mosca minadora para su crianza.
Se realizaron observaciones adicionales de las labores culturales y se consideraron algunos factores climatológicos (temperatura y humedad), para correlacionar con la fluctuación poblacional de los insectos fitófagos y de los predatores.
Los resultados finales arrojaron que la incidencia de larvas de Agrotis ipsilon (Hufnagel), Elasmopalpus lignosellus (Zeller) y Copitarsia corruda (Pogue & Simmons) fue mínima, registrándose solo en la fase vegetativa. Por otra parte, Heliothis virescens (Fabricius), Pseudoplusia includens (Walker), Spodoptera spp. y Anomala undulata (Erichson) fueron registradas durante la fase de crecimiento vegetativo y formación de capítulos florales, realizándose aplicaciones de plaguicidas para su control. Se concluyó también que los factores climatológicos y las diversas actividades agrícolas estuvieron relacionados con el desarrollo de estos insectos. La mayor población se dio en la fase de crecimiento vegetativo, coincidiendo con la etapa de temperaturas más altas y humedad relativa más baja.
Durante la fase de formación de capítulos florales, el fitófago que presentó mayor población fue Amauromyza maculosa (Malloch), registrándose en los tres tercios de las plantas, para cuyo control tuvo que aplicarse plaguicidas. Cabe señalar que la mayor población de la campaña se presentó en la etapa de temperaturas más bajas y humedad relativa más alta.
Las especies Myzus persicae (Sulzer)y Tetranychus urticae (Koch) fueron identificados durante la formación de capítulos florales con baja presencia en focos localizados en zonas cercanas a carrizos, malezas y caminos o áreas con deficiencia de riego. Se mantuvieron bajo control mediante espolvoreos de azufre y clorpirifos.
En cuanto a los predatores, la Mg. Sc. Mamani Gutiérrez registró en su tesis la presencia de Chrysoperla sp., controlador de pulgones en cultivos; Nabis punctipennis (Blanchard), depredadora de trips, áfidos, insectos pequeños y huevos de insectos; Metacanthus tenellus (Stål), Geocoris punctipes (Say), e Hippodamia convergens (Guérin-Méneville), siendo ésta última una excelente afidófaga. Así mismo, se hallaron arañas de diferentes géneros en poblaciones elevadas durante todo el periodo de observación. La incidencia de los predatores también estuvo influenciada por las diferentes aplicaciones de plaguicidas así como por los factores climatológicos.
|