Señor Vicerrector Académico, Dr. Jorge Aliaga Agradable en grado sumo, me resulta ser parte de la presente colación, en la que se reciben 184 bachilleres, 6 maestristas y 1 doctor. Un año de continuidad y cambios en el cuerpo directivo del claustro, que genera en la Universidad Nacional Agraria La Molina, la expectativa de una mejor proyección, avanzando hacia un manejo más flexible y una gestión eficaz, que pueda ser medida más por los resultados que por los procedimientos, en el lustro 2009-2014. Como cada año, la emoción vuelve a ser la protagonista en el acto de graduación. Tras años de intenso trabajo, cinco, para los de pre grado y dos, para los de postgrado, la nueva promoción 2009-I “Haciendo aprendemos” viste toga, birrete y el tradicional poncho verde, simbolizadores del campo y del sol, para recoger sus diplomas que acreditan haber llegado al final de sus estudios, y, frente al futuro, emprender nuevas aventuras profesionales. Todos ustedes, durante este tiempo discurrido en nuestra centenaria alma mater, han adquirido conocimientos, herramientas y por sobre todo, actitudes. Hemos compartido (nosotros, sus profesores) sus aspiraciones, preocupaciones, éxitos y fracasos. Y en base a su disciplinado trabajo, hemos intentado ayudarlos a crecer como personas y como profesionales. Además, estoy seguro –como en su momento me sucedió con mis propios compañeros de promoción - que han afianzado amistades entre sus compañeros. La experiencia de estos años ha ido mucho más allá de lo docente y profesional. No sólo han crecido individualmente, sino que también han mejorado como grupo. Ahora, que se disponen a retomar sus vidas, con más impulso, ya están preparados para ingresar al “mundo real”. Un mundo más exigente que cuando iniciaron sus estudios los está esperando. La incertidumbre en la que se obligarán a vivir, en la que deberán trabajar como directivos, con responsabilidad social y personal será mejor si se convierten en líderes. Una relación adecuada del líder con la gente (o el capital humano) es la que tiene el protagonista responsable con su tripulación, ya que un líder es una persona a la que los demás le reconocen autoridad suficiente como para ser su guía y en la que perciben que pueden confiar. Permítanme el intento de definir lo que es el éxito profesional: Éxito no es el sueldo, a pesar de que tendemos a pensar sin discutirlo, que si ganas más es porque vales más…Tampoco, es la cantidad de personas que dependen de uno, ni mucho menos la gente que nos adula o halaga en exceso aparecemos en revistas y periódicos. En cambio, todos estaremos de acuerdo en que el verdadero éxito es cuando los lunes por la mañana todavía vas ilusionado a trabajar, cuando notas que la gente a tu alrededor te respeta y confía en ti, o cuando los viernes por la tarde vuelves a casa satisfecho y pensando que el esfuerzo ha valido la pena. No pretendo dar consejos, pero no puedo dejar de alentarlos para que practiquen un sano inconformismo, que sin arrogancia ni urgencias innecesarias, aunque sin claudicar de los propios principios, contribuya a humanizar un entorno profesional que, con demasiada frecuencia, confiere a la eficacia económica un valor absoluto, por encima incluso de las personas. Los invoco a que utilicen sus conocimientos, capacidades y talento para marcar la diferencia, para dejar una huella positiva en la realidad circundante, empezando por el país donde crecimos. Por eso, compartan el espíritu de servicio con los demás, sin esperar nada a cambio. No puedo dejar de pasar por alto el deseo de expresar mi más cálida felicitación a los padres, familiares y amigos de los graduados, y agradecerles por su apoyo, paciencia y, sobre todo, su afecto, cuando ellos lo necesitaron. Los padres tienen una parte importante en el mérito, por eso se sienten enaltecidos con este logro académico. Precisamente por ello, privilegiados vástagos molineros, les quiero mencionar que tienen un pasivo, una deuda moral hacia sus padres y hacia la sociedad, que estoy seguro, sabrán honrar. Finalmente, deseo expresarles que recuerden siempre que tienen en nuestra vieja Casa de Estudios a una sabia amiga y que el campus entrañable de la Universidad Nacional Agraria La Molina, con bullentes generaciones molineras, es y siempre será su casa, un lugar al que siempre podrán regresar, y donde siempre se los recibirá con respeto y cariño. Muchas gracias.
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