CEREMONIA DE GRADUACIÓN
Promoción “Alma Molinera”

DISCURSO DEL SEÑOR RECTOR DE LA UNALM

PROMOCION 2008-II:
ALMA MOLINERA

Muy complacido de recibir a las autoridades, padres de familia, amigos y parientes invitados, en el tradicional acto de colación de los señores graduados, que reúne a 322 personas: 287 y 35 del pre y postgrado. Soy el Rector que a la cabeza de la Universidad participo gustoso y honrado en esta significativa ceremonia protocolar. Casi de estribo en la conducción institucional para el Dr. Víctor Guevara, Vicerrector Académico e Ing. Luis Briceño, Vicerrector Administrativo y el suscrito respectivamente. Discurso de orden que tratará de vuestros cumplidos sueños de finalización de la carrera y tienen a Uds. de actores. También, verso sobre las responsabilidades e inmensos retos o desafíos que el país puede empezar a atenderlos, con la colaboración de los egresados de nuestras aulas, uno de los talentos mejor y tenazmente preparados en el escenario nacional. En el Perú donde todo está subvalorado, la mayor apuesta es invertir en lo que vale un conocimiento de calidad -como el que sustenta universitariamente La Molina-, que trae apreciables utilidades para  nuestro futuro.   

Vivimos en un territorio constituido mayormente por inmensas cordilleras, cuyos flancos más bajos son áridos y miran al océano, y por el poniente húmedo cubierto de la desafiante vegetación selvática, además, entre nosotros, los valles son oasis de excepción. Es el espacio geográfico peruano de los Andes centrales, pleno de contrastes en climas, suelos y altitudes, donde se encuentran 84 de los 103 ecosistemas que existen en el mundo. Un repositorio fascinante de nuestra (sana y) envidiable biodiversidad y nuestra aún arropada oportunidad para crecer con calidad. Tiene de norte conseguir la prosperidad económica y construir un sostenible desarrollo.

Vale decir, todavía dormitamos en visionar de cómo deberíamos manejar las desmesuradas reservas naturales comparadas con otros países como Japón o Israel, de administrativamente multiplicar este magnífico emporio, preservándolas y poniéndolas en valor, esparciendo los beneficios (ojala para todos) de los índices de crecimiento económico en educación, salud y un programa de desarrollo rural. Tremendo patrimonio que el destino le dio al Perú, que necesitamos canalizar de manera eco-eficiente, sin afectarla ni exponerla, legando a las próximas generaciones un medio ambiente intacto, en dirección de un mañana mejor y siempre con responsabilidad social.

Así, nuestras grandes montañas atesoran riquezas incalculables, sea en el tajo a cielo abierto o en el profundo horadamiento del socavón, desde uranio, gas, zinc, hasta oro, plata, cobre y una serie de metales, como muy pocos sitios del planeta. El copador emprendimiento de la gran minería exige una cuantiosa inversión en alta tecnología, con ventas sujetas a los vaivenes del mercado internacional, generan buenos ingresos fiscales, que aún no son suficientes para transformar de manera definitiva las injustas condiciones de pobreza en los enclaves poblados de los Andes, e incluye a cientos de niños en las minas de los centros cobrizos de la sierra central que tienen plomo en exceso  en la sangre.

Nuestro opulento y excepcional Mar Pacífico, privilegiado por la corriente fría de Humboldt es solo comparable en variedad y holgura a la costa africana, otorga pié a la industria pesquera nacional, fincada en la extracción de la anchoveta y la elaboración sucedánea de harina de pescado. Mas, se podría exportar valiosos pescados y mariscos silvestres a mercados de mayor cotización y exigencia, lo cual facilitaría que nuestros pescadores artesanales salgan adelante, ya que históricamente estas personas esforzadas se hallan semiahogadas en un mar de precariedades. También, disponemos de innumerables espejos de agua dulce, proveniente de cochas, lagos y ríos, listos para ser convertidos en piscigranjas generadoras de valor agregado.

Nuestro país ocupa el noveno (9no.) lugar de superficie boscosa en el mundo y es el segundo (2do.) en Sudamérica después de Brasil, pero en las últimas tres décadas cientos de miles de hectáreas fueron depredadas. También, con la excusa de ampliar la frontera agropecuaria ya hemos talado y quemado 10 millones de hectáreas de bosques amazónicos, de los cuales 2 se encuentran en producción y 8 han perdido su fertilidad y están abandonadas. Estos cuadros mostrables destruyen el potencial maderero y comercial, poniendo en peligro a la fauna e incapacita a la vegetación de regenerarse espontáneamente, ocasionando deterioro ambiental y económico, además de infligir grave daño a menesterosas comunidades ancestrales, que con gran esfuerzo sobreviven en ese vital y frágil entorno de territorios y tierras. Por lo mismo, habría que introducir la visión a largo plazo con Bosques de Producción Permanente para concesiones forestales, cuya capacidad anual podría producir entre 5 y 10 millones de metros cúbicos de madera en forma sostenida, a la vez que puede cautelarse nuestra riqueza boscosa, esencial Patrimonio de la Amazonía. La lucha no es sólo por los recursos sino también por el respeto y el reconocimiento a los modos de vida que profesan nuestra sufrida gente rural e indígena amazonense.

Desde hace tres lustros, un rubro de innegable atractivo remite al boom agroexportador que supera el valor de los 2,000 millones de dólares anuales, soportado en la estratégica diversificación de mercados y productos: mango producido en valle fértil y en el desierto convertido en valle. Gracias a la óptima tecnología de semillas mejoradas, riego preciso por goteo, etc., ganando alrededor de 100 mil has en el litoral. Si bien es cierto que poseemos marcada ventaja competitiva natural como el clima, aún el Perú no llega a los 15 productos exportables y todavía es un pez chico respecto a otros países de la órbita latinoamericana. Chile, con cerca de 50 productos, triplica nuestra cartera y Argentina alcanza la friolera de $ 75,000 millones en exportaciones agrícolas. Las empresas y el Estado deben mejorar coordinadamente “hacia adentro” para ser más productivas y competitivas.

Respecto a la producción de alimentos en forma natural, con tecnología limpia, sencilla, útil y sin agroquímicos, lo elaboran mayoritariamente los horticultores de la serranía montañosa, con gran dedicación y cariño, alimentando a sus plantas como quien vela por el niño que crece, tienen de escenario a los pequeños valles, climas y tierras idóneas. Es el lar de origen y cuna de desarrollo de muchos vegetales que hoy son universales, y nosotros debemos sentir orgullo por el gran valor que ellas representan. Práctica heredada para una democrática agricultura orgánica de alta gama y mejor valor internacional, que no nos condenan a importar alimentos foráneos. En esta sierra que retiene una parte importante de nuestra población y economía, con más del 35 %, no se está haciendo lo suficiente, sobre todo en los pueblitos y pequeñas ciudades que no tienen caminos buenos, ni electrificación, tampoco adecuados sistemas de agua y regadío, ni tratamiento de aguas, donde apenas subsisten a través de colegios destartalados, en una crítica situación de ignorancia y pobreza. Por ello, un tema pendiente del Perú es conquistar su propia marginalidad, ganar nuestro mercado interno, siendo un país que ostenta condiciones para mantener esta movilidad en identidades nacionales.

Como señala un acucioso investigador, vale pergeñar el sentido de la palabra “desarrollo”. Si para alcanzar ese estadio bastase con disponer de una gran cantidad de recursos naturales, el Perú e Indonesia estarían a la cabeza de las naciones, mientras que el Japón y Noruega quedarían rezagadas. Podría ser que el desarrollo dependa de la capacidad para acumular recursos económicos, si esto es así ¿por qué los países árabes no están entre los más desarrollados?. También, si la independencia de las cadenas colonialistas fuese la llave del desarrollo Canadá y Australia estarían recién comenzando a surgir, y por otro lado Abisinia y Tailandia lo habrían alcanzado hace rato. Quizá podríamos decir entonces que el desarrollismo económico se obtiene sobre la base de la industrialización, pero en Dinamarca y Nueva Zelandia predomina la agricultura sin que se pueda hablar de subdesarrollo. Una tentativa conclusión podría considerar a algunos países que han alcanzado altas metas en el desarrollo industrial, tecnológico y educativo. Aún cuando en dichas sociedades veamos hervir la hostilidad que aflora, las tensiones políticas, los brotes de violencia, las luchas étnicas, la quiebra de la comunicación humana, el debilitamiento de la familia, el triunfo del hedonismo, el cáncer del individualismo y el irrefrenable culto al yo, en fin, todos los síntomas que señalan un estancamiento o un deterioro en las fibras del proceso grupal. Por algo suele decirse que no hay rosas sin espinas.
                  
Ahora, en este pasaje de la disertación, toco algo del nombre promocional. Todos sabemos que el término alma proviene del latín anima y éste del griego soplo, que da aliento y fuerza espiritual a la persona que lo inspira e impulsa. Alma molinera compuesta en parte por egresados que empezaron a repartirse como hasta hoy por todo el mundo, bien sea de manera transitoria o crónica, para demostrar que son ingenieros destacados; no obstante las limitaciones económicas. Esta y no otra es la principal razón por la cual notorios ciudadanos en determinadas actividades intelectuales, como en nuestras cercanas especialidades agropecuarias, alimenticias y empresariales, se ven tentados a emigrar hacia centros culturales más desarrollados, donde el reconocimiento público de sus capacidades y el mercado ocupacional les ofrece mejor compensación a su esfuerzo individual. Eligiendo algo tan lejos de ello como el esfuerzo y la perseverancia por hacer las cosas bien. Vieja tendencia del “drenaje de cerebros”, pues los atenienses ya se quejaban hace 2,300 años que los antipatrióticos académicos griegos estaban emigrando hacia Alejandría, atraídos por los faraones Ptolomeicos de Egipto.   

Pero, nosotros aquí en la limeñísima Molina frecuentemente nos negamos a reconocer que esto es parte de un fenómeno que también produce el drenaje de cerebros piuranos, chiclayanos, trujillanos, loretanos, ancashinos, arequipeños, huancaínos, ayacuchanos, cuzqueños, puneños, etc., hacia la capital de la República y que Ayacucho le “roba” cerebros a Lucanas, Puquio o Parinacochas, Arequipa a Puno y éste a Ayaviri, Juli o Pomata, así podríamos seguir en una lista interminable. Nutriéndose beneficiosamente nuestra centenaria Universidad con el talento y la energía de los hijos o nietos de la gente provinciana asentada –hace tres o cuatro décadas- en la capital. Magma migrante del interior del país más la savia de la prole nacida en Lima constituyen alrededor del 80 % del remozado eje poblacional citadino, convertido en una capital andina, están cambiando el rostro y dinamizan el corazón de la gran urbe policultural. Con una autoestima en ascenso son potencialmente capaces de generar prosperidad.

En este acápite, vale trazar el bosquejo de persona egresada de la prestigiosa cantera de La Molina : esforzada, laboriosa, poco conflictiva y dispuesta a ser educada. Afín al espíritu o alma molinera, que inculca –con el ideal y el ejemplo- las virtudes fundamentales de laboriosidad, orden, creatividad y autodeterminación, a través de : 1 ) los buenos modales de la cortesía positiva que explica en forma amistosa y tiene profundo respeto a las opiniones ajenas, sabiendo escuchar, 2 ) el cultivo de la sencillez, dando igual trato a todos, sin considerarse superior ni adoptar posturas solemnes, 3 ) la cultura del esfuerzo que siempre indaga con el propósito de ir tras la creatividad innovadora de la ciencia, 4 ) el afán de superación constante, que teñido de insaciable curiosidad tiende a labrar metas superiores, 5 ) la capacidad de asumir riesgos contingentes, una calculada estrategia que desafía las premisas de gestión y experimentación, y finalmente, la austeridad, rígida y severa, obviando el gasto superfluo ad hoc en este período crítico.

“Alma Molinera” enmarca a una entusiasta promoción de emprendedores, con energía, que quieren ganar, lograr y mostrar. Mas inclinados a optar por su propio camino que a ingresar al mundo corporativo. Vuestros profesores molineros que somos una especie de “tíos” seniors se permiten trasmitir una pequeña sugerencia : cultiven una actitud sensata, humilde y procuren no dejarse seducir por la arrogancia, de creer que tienen todas las respuestas, que saben como hacer cualquier cosa y rechazar todo lo que no fue inventado fuera de sus inquietudes. Igualmente, siendo ustedes cuidadosos, respetuosos y solidarios, quizá pudieran contribuir a humanizar un entorno profesional  que con demasiada frecuencia confiere a la eficacia económica un valor casi absoluto, incluso por encima de las personas.

Hoy es un redondísimo día de pura dicha y festejo para la Promoción 2008 II, vestidos de impecable poncho, toga y birrete, con la enseña tonal del verde y el oro, que simboliza la luz del conocimiento irradiándose sobre el campo. Un merecido júbilo por el estupendo logro de haber sorteado las exigencias de la impostergable capacitación formativa, sea en el nivel pre como del postgrado. Importa tener un grado, mejor un título o alcanzar el escalón postgraduado. Bienes preciosos que prospectan una venturosa movilidad social y económica. Un circulo virtuoso que abre el cielo de oportunidades, cuando la preparación se encuentra con la oportunidad. De hombres y mujeres que creyeron en sí mismos y que perseveraron hasta conseguir profesar lo que buscaban. Seguramente, lo podrá atestiguar mejor que yo, con un sin número de ejemplos, el Ing. Agrónomo José Alejandro González, Presidente de la Asociación de Egresados y Graduados de nuestra querida Universidad. Por ello, reitero desde el corazón, mis congratulaciones a todos los graduados por el reto individualmente asumido y el gran alivio de la meta cumplida.

También, pinta la ocasión para expresar -sin ninguna clase de reserva- el sincero y profundo reconocimiento al digno núcleo de la familia unida en torno a la persona egresada, por la confianza depositada en nuestra institución, una de las más sólidas del sistema universitario peruano e indiscutible líder empresarial en el sector pecuario, agroindustrial y alimenticio. Una gran felicitación al papá bueno sostén económico del hogar como a la madre abnegada, ejemplar y vencedora, muy creyente y amorosa que habita la casa, colocándose en el centro de apoyo de los hijos, sobre todo en los momentos de desazón e incertidumbre. Ventana iluminada (de los progenitores) al que Uds. siempre acudieron para absolver necesidades, mitigar carencias y enfados. Con esa fundamental ayuda, sembraron para que los hijos salgan adelante, acariciando el sueño de labrar (ellos) sus propias especialidades profesionales.

A los flamantes salientes, mi deseo final es invocarles a que sigan superándose, de ser posible enamorándose –con celo y dedicación- de la labor que cada día hacen, y traten de registrar en la impronta de la mas profunda memoria del disco duro el campus entrañable, donde compartieron enseñanzas, aprendieron a desempeñarse ante el peso del trabajo en equipo y forjaron una amistad en volumen de aumento. Centenaria calidez y sabiduría molinera que os aguarda a Uds., Sres. egresados, con los brazos abiertos, en el zumo de las vivencias transcurridas, cual oasis de recuerdos y sentimientos teñidos de nostalgia y encanto. Como dice la letra de una presentida trova :  “Un viejo amor…ni se olvida ni se deja”.

Muchas gracias.

La Molina, miércoles 3 de julio del 2009.

Luis Maezono Yamashita 
   Rector  2004 - 2009